Por Alfredo Uranga L.
Lo que comenzó como un sueño de brindar educación a los niños de Majalca y sus alrededores, hoy es una realidad gracias al esfuerzo conjunto de los colonos, el Comité de Majalca, el Colegio Montessori y el apoyo de Daniel y Paloma Grajeda. La Escuela Primaria de Majalca, basada en el Sistema Montessori, ya ha rendido sus frutos con la primera generación de niños graduados. Actualmente, niños y niñas ya dominan la lectura y la escritura, aunque aún se deben trabajar aspectos emocionales y problemas psicológicos, ya que en esta área se han encontrado deficiencias. Este ciclo escolar se enfocará en trabajar la parte psicomotora e introducir la música. Lo positivo ha sido el apoyo de sus familias que se han unido al proyecto, fortaleciendo la comunidad escolar. Sin embargo, todavía hay mucho por hacer.
El Comité coordinador de esta Escuela Montessori ha emprendido una campaña para recaudar fondos económicos ya que se requiere ampliar la escuela y construir un cuarto para habitación de los maestros visitantes, ya que no tienen dónde quedarse. Aunque el Comité de Colonos de Majalca los apoya económicamente, necesitan más fondos para cubrir todos los gastos, por lo que se hace extensiva esta invitación a toda la comunidad, amantes de Majalca, visitantes, colonos y vecinos del Parque… Apoyemos a nuestros niños… Participamos todos…
Para contacto, donaciones y mayores informes comuníquese por correo electrónico: rogelio2350@hotmail.com
Ó depositar directamente su contribución en la cuenta bancaria adjunta, registrando a todos los recursos que sean deducibles de impuestos. A toda la comunidad ¡muchas gracias!
La comunidad majalquense se encuentra de luto por el lamentable deceso de la señora Queennie Saldívar Coate de Myers, casada con el señor Douglas Myers (+). Como una muestra de amistad con ella, publico en su memoria esta entrevista oral que Queennie me concedió para la elaboración del libro “Majalca de mis Recuerdos” y que comparto en exclusiva con ustedes, amables lectores.
Sus padres son fundadores del Parque Nacional “Cumbres de Majalca”, sitio al que se mudaron a vivir provenientes de Uruguay…
La casa de la familia Saldívar con los años se convirtió en el centro de reunión de la “socialité” majalquense por excelencia, ya que la señora Queennie y su esposo Douglas fueron siempre magníficos anfitriones de aquellos matrimonios que por las tardes se reunían para convivir, platicar, compartir experiencias, en los jardines o la terraza de esta antigua residencia.
Los padres de Queenie son el señor Roberto “Ché” Saldívar y su esposa, Queenie Louise Stephanie Coates de Saldívar. La familia Saldívar se mudó a Cumbres de Majalca alrededor de 1935 (aproximadamente).
“Mi mamá tenía 28 años cuando llegó a Majalca y vivió hasta los 89. Mi papá también tenía 28 años cuando llegó, pero él vivió hasta los 61. Ella venía de Montevideo, Uruguay, así que fue un cambio extremo para ella. Mi papá fue a estudiar a Uruguay, donde se formó en Educación Física. Él era muy pobre, mientras que ella provenía de una familia adinerada. Se mudaron juntos y, poco después de llegar a Chihuahua, mi mamá quedó embarazada”, nos cuenta Queenie.
La razón de mudarse a Majalca fue la salud de su madre: “Mi mamá tenía problemas estomacales muy graves. Mi papá decidió llevarla a Majalca para ver si el cambio de ambiente le ayudaba. Viajaban en un Ford de 1934 o 1935. Había unos terrenos en venta, uno de ellos perteneciente a los Mares. Mi papá le preguntó a mi mamá cuál le gustaba más, y ella respondió: ‘El de los Mares es hermoso, pero aquí tenemos una vista increíble’. Así que compraron la casa en 1937, aunque creo que fue en 1935. Mi mamá estaba embarazada de mi hermano en ese entonces”.
Los hijos de la pareja son Roberto Jaime, el mayor, Queenie Elizabeth, la segunda, y Duke Albert Saldívar. Bajando las escaleras que llevan a la terraza principal de la casa de Queenie Saldívar, se puede ver una placa con las fechas de nacimiento y fallecimiento de sus padres.
El famoso Cañón de la Gringa…
El Cañón de la Gringa recibió este nombre gracias a la madre de Queennie. “Los rancheros pensaban que mi mamá era gringa porque era rubia y solía caminar sola por ahí. Así que le decían: ‘Ahí va la gringa’. Y así quedó el nombre del Cañón de la Gringa”, recuerda Queenie con una sonrisa.
“Para mí, mi madre fue una mujer que está profundamente ligada a la historia de Majalca”, afirma Queenie Saldívar. “Vivió en Majalca hasta casi dos años antes de su muerte. Era una mujer hermosa, pero también fría y dura, con esa mezcla de raíces alemanas e inglesas, estricta y flemática. Sin embargo, todos los que la conocieron la querían mucho porque era muy directa y auténtica. Le encantaba caminar y, aunque a veces pasaba todo el año en Majalca, cuando se enfermaba bajaba a Chihuahua. Ella sola mataba víboras y cargaba agua de los arroyos. Era una mujer muy campechana. Le encantaba Majalca y siempre se preocupaba por mantener el lugar limpio. Si estabas al baño, tenías que hacer un hoyo y luego taparlo. Era muy de esas costumbres”.
Defendiendo su huerta de manzanas…
“A los jóvenes de entonces, como el Güero Largo, les tocó conocer su carácter. Si veía que los chicos de Chole entraban a robar manzanas en el huerto, ella siempre tenía un rifle cargado. Gritaba: ‘¿Quién anda ahí?’ y luego empezaba a disparar al aire. ¡Los muchachos salían corriendo! El Güero Largo aún se acuerda de eso. A él y a otros como Nacho Palacios y su hermano Martín les tocó vivir esas experiencias con mi mamá”.
Una mujer de campo…
“Mi mamá era una mujer muy bien educada, pero también muy campechana. Subía a Mil Castillos con grupos de caminantes y mataba víboras con un cinto de soga que usaba para sostener su pantalón. Se sacaba el cinto, que tenía un nudo en las puntas, y con él les pegaba en la cabeza para atontarlas y luego matarlas. Eso lo vi yo misma. Ahora sabemos que no se deben matar las víboras, pero en ese entonces, ella dijo: ‘¿Dónde está la víbora?’ y ¡pum!, les daba en la cabeza. Sabía cazar y manejar armas”.
El profesor Saldívar…
“Mi papá era un líder nato, muy carismático. Recuerdo que trataba con Blanca de Miramontes y organizaba fogatas por la noche. Como profesor de Educación Física, organizaba juegos los sábados y domingos para todos. Aquí, frente a la casa, tenía tres redes de voleibol. Jugaban viejos casados contra nuevos casados, jóvenes contra señoritas y damas. Los columpios metálicos en el parque los puso mi papá hace más de cincuenta años, cuando yo tenía quince. Ahora tengo setenta años”, comenta Queenie.
Durante el día, organizaba actividades, pero por la noche invitaba al cantante Mario Alberto Rodríguez, quien era invitado del señor Pérez Márquez. “Nos traía serenata todos los fines de semana. Éramos adolescentes y mi papá entró como presidente del Consejo de Administración del Parque Nacional ‘Cumbres de Majalca’ en 1952, después del señor Chato, dueño de Casa Blanca. ¡Yo tenía quince años y todo eso era muy bonito!”, recuerda Queenie con nostalgia.
Por balsa en el Cañón Encantado…
El Cañón Encantado, con su abundante agua, era un lugar mágico. Queenie llevaba una balsa inflable y nos íbamos dando topes en ella. Todas queríamos pasear en la lancha inflable, pero el agua era fuerte y nos llegaba fácil a media pierna. A veces perdíamos las botas o los zapatos y llegábamos hechos una mugre. Seis personas en una balsita, y si la corriente era fuerte, cargaba con seis niñas. El regreso era lo difícil, caminar contra la corriente.
De cuando no existían las Rulas…
“Las Rulas se pusieron de moda poco después de que me casé, como en los años sesenta. Había un chorrito de agua detrás de la loma, y como no teníamos agua en la casa, nos bañábamos todos los días en ese chorrito. Todas íbamos, llevábamos lonche y nos bañábamos detrás de la casa de los Miramontes. Ahí todavía están los tubos. Mi papá hizo una pequeña presa para que los niños nadaran. Era un chorrito natural que ya no existe”, relata Queenie. DEP
Por Luis Alfredo Uranga López.
Título: Por amor a Majalca.
El Parque Nacional “Cumbres de Majalca” es una sierra cercana a la ciudad de Chihuahua, con formaciones rocosas de singular belleza, que a principios del siglo XX estaba cubierta de bosques de pinos y encinos.
Se encuentra a sólo 61 kilómetros de la ciudad (por la carretera a ciudad Juárez) ya una altura de 7,100 pies sobre el nivel del mar, o sea, aproximadamente 2,000 pies más alto que la ciudad de Chihuahua.
Se caracteriza por tener hermosos valles y pintorescos acantilados, cañones, bosques de pinos y encinos, con formaciones rocosas de caprichosas formas que hacen un lugar muy atractivo para visitar.
Este parque es hábitat de animales como coyotes, osos, venados, zorras, zorrillos, coyotes, lobos, pumas, lagartijas, chichimocos, chimorises, pájaros carpinteros, colibríes, luciérnagas y muchas especies más que ya no existen en la región por el acoso del hombre moderno.
En Majalca nace el río Sacramento. Las aguas de lluvia que se juntan en los ríos del Mastranzo, en el Cañón de las Hadas, en el Cañón del Salsipuedes, van directo al Cañón Encantado, por el Valle de Huérachi, para que, al final de su recorrido, alimenten el caudal del río Sacramento. Por el otro lado de Majalca nace el río que va dar a Santa Isabel, que llega hasta la Presa Las Vírgenes.
LA FUNDACIÓN DEL PARQUE
Los verdaderos fundadores del Parque Nacional “Cumbres de Majalca” son el Gobernador del Estado de Chihuahua, coronel Jesús Antonio Almeida (1924-1927), y don Octavio Gutiérrez Pérez, quien fue nombrado por el Gobernador como Gerente de la Comisión Organizadora del Parque “ Cumbres de Majalca”.
Su sueño era convertir aquellos parajes en un parque de recreo público para las familias chihuahuenses, donde pudiesen descansar, caminar, acampar, escalar, respirar aire puro y olvidarse del ajetreo citadino.
Los terrenos del actual Parque, ubicados en la Sierra de Huérachi, pertenecen a los sucesores del señor Pablo Martínez del Río, quien fuera oriundo de la ciudad de México.
Su compra fue autorizada por Decreto Oficial publicado el 7 de octubre de 1926.
Anteriormente, se había dispuesto la medición de los terrenos para su adquisición mediante oficio No. 1347 de fecha 26 de agosto de 1926.
El señor Octavio Gutiérrez fue comisionado para medir la extensión y ubicación del Parque y sus terrenos adyacentes.
Esto lo hizo acompañado de un ingeniero del Gobierno del Estado, quienes señalaron inicialmente un área aproximada a dos mil hectáreas; que comprenden los valles de Pilares, el Poleo, Casa Blanca, Soledad y Santa Inés de Huérachi.
Estos parajes contienen bosques, manantiales, arroyos pintorescos y tierras de temporal con capacidad para sembrar hasta veinticinco hectáreas de maíz. Tras estudios posteriores, se determinará aumentar el terreno hasta una superficie de 4,173 hectáreas de 4 aras y 44 centiaras, que incluyen a las 2,020 hectáreas anteriores.
Esto consta en el testimonio de Escritura Pública otorgada por el Sr. José Pablo Martínez del Río, a favor del Gobierno del Estado con fecha 20 de octubre de 1927 ante el Notario No. Uno Sr. Lic. Ramón Gómez y Salas.
Fue hasta el 29 de diciembre de 1939 que, según el Decreto Oficial publicado, se reconoce al Parque Estatal de Majalca como Parque Nacional , gracias a la nueva legislación federal relativa a Parques Nacionales.
El primer Consejo de Administración del Parque “Cumbres de Majalca” fue integrado en 1926 , por las siguientes personas: Presidente Honorario Fundador: Gobernador del Estado de Chihuahua Coronel Jesús Antonio Almeida. Presidente: Simón L. Gill. Vicepresidente: Lauro C. Álvarez. Secretario: Carlos Guízar O. Prosecretario: Antonio Hernández. Tesorero: Carlos Domingo Gutiérrez. Protesorero: Leopoldo Mares de la Fuente. Vocales: Octavio Gutiérrez, Alberto Ruíz Sandoval, Efrén Cenós, Efraín Antillón, Federico Ramos, Guillermo Buckenhofer, Jacobo Leonel Castro Pérez, José U. Calderón y LB Newberry. Administrador: Higinio Gameros.
Fue hasta 1953 que se desarrolló esta figura jurídica del Comité de Colonos. Siendo Gobernador del Estado de Chihuahua el Lic. Oscar Soto Máynez, creó un Organismo Público para la administración del “Parque Cumbres de Majalca”; mediante el Decreto número 362, publicado en el Periódico Oficial número 1941 del 23 de mayo de ese 1953.
Este organismo más conocido como “Comité de Colonos” debe ser administrado por cinco personas y un gerente, quienes deben ser designados por el Gobernador del Estado, a quien para su elección se le presentarán propuestas de tres candidatos para ocupar esta responsabilidad. Este hecho consta en la transcripción de la Copia Certificada fechada el nueve de mayo de 1959, con registro de firma 4216.
En la historia del Parque han sido presidentes del Comité de Colonos las siguientes personas: Simón L. Gill, Leopoldo Mares, Uriel Villegas, Raúl de la Paz, Héctor Manuel Guillén López, Ricardo Wisbrum, Alberto Ruíz Sandoval, Waldorf Esteban Uranga Gutiérrez, Octavio Cano Luján, Alfredo Rohana Estrada, José de Jesús Pérez Cano, Samuel Kalisch, Enrique “Piso” Cano Ricaud, César Anchondo, Javier Ruíz Mares, Marco Cano Salasporras y actualmente Samuel Gustavo Kalisch Seyffert.